El nacimiento, cosmogonía, y pleitesía al agua

Hoy, día 22 de Agosto de 2023 tenemos el privilegio de contar con la colaboración del artista visual Bobby Bethancourt Montiel en nuestra entrada. https://bobbybethancourt.com/

Imágenes generadas con Inteligencia Artificial, de la Diosa Yemayá publicadas con la autorización de su autor Bobby Bethancourt Montiel, España, 2023.

Publicamos junto a las imágenes creadas por el artista visual Bobby Bethancourt Montiel su «Canto a Yemayá«:

«Oh, noble Yemayá, madre de las aguas, En tus brazos acogiste a los hijos errantes, Afrodescendientes que cruzaron mares embravecidos, Para alcanzar las tierras del Caribe bendito.»

«Oh, Yemayá, Yemayá diosa de la maternidad divina, Tu sabiduría ancestral, nuestras almas ilumina, En cada travesía, en cada navegación, Tus bendiciones nos cubren, como protección.»

«Yemayá, Yemayá protectora de los afrodescendientes, En tus aguas y bendiciones, somos conscientes, De tu fuerza y poderío, en cada latido, Nos enorgullece ser parte de tu abrigo.»

«Que tu luz siga guiando a los que navegan, Por los mares de la vida, con fe que no se niega, Yemayá, madre amorosa y compasiva, A ti rendimos culto, con gratitud infinita.»

«Que tu protección siga acompañándonos siempre, Y en cada generación, tu legado se sostiene, Yemayá, orisha de la dulzura y la lealtad, Gracias por protegernos, con amor y bondad.»

«Así sea.»

Por último, acompañamos junto a las obras del autor Bobby Bethancourt, varias canciones (como es habitual en las entradas del artista), en esta ocasión de la cantante Malú, a la cual Benji Santos Celemín admira desde siempre y tuvo la oportunidad hace muchos años de coincidir en alguna que otra fiesta privada celebrada en un barrio céntrico de la ciudad de Madrid, a la que el artista estuvo invitado por alguna personalidad de la televisión.

Deseamos que sea de su agrado. ¡Feliz día!

Canción «Me Fui» de Malú
Canción «Me Quedó Grande tu Amor» de Malú
Canción «Te Voy a Olvidar» de Malú con David Bisbal

Que la diosa «Yemayá» nos proteja a nosotros sus hijos, navegantes, errantes, feriantes viajeros del tiempo, hasta el fin de los tiempos y el más allá. ¡Namasté!

Poema «Donde ya no había nada». Autor: Benjamín Santos Sáez. 21 de Marzo, Día Internacional de la poesía 2020

Título: Donde ya no había nada

En lo hondo del bosque, donde no hay camino, se encuentra el destino.

Y la suerte está echada.

Y las hadas recostadas, camufladas en las flores, repiten cantares.

El espíritu del bosque, a quien todos conocen, con honda tristeza, entrega las llaves, de un portal encantado.

Un tesoro escondido, a los pies de la gran montaña.

Un palacio con dos torres, una fuente embrujada.

Una ninfa llorando, derramando sus lágrimas.

Un manantial que retoña, donde ya no había nada.

Unos duendes suspiran, admirando las ruinas.

Una voz que escuchaban, susurrando la reina, su corona partida, un anillo tallado, una fecha pasada.

Recordando en silencio, un amor del recuerdo.

Una rana encantada, saltando hacia el agua.

Y en el fondo, unas algas, sus reflejos miraba, la diosa Pomona estusiasmada.

Unas nubes moradas, ocultaban la luna, que su cara mostraba.

Y en el fondo del mar, que una vez hubo, un pequeño barco, su madera podrida, y una vela engarzada.

Unos peces azules, que nadan en el agua.

Un gran puente romano, y su piedra desgastada.

Un pozo sin fondo, y un sol añadido, que resurge de abajo.

Y la luna admirada, le concede un deseo.

Donde ya no había nada, resurge el recuerdo.

De un amor caminado, que un destino pasado, olvidado destierro, enterrado en la arena.

Y las hadas del bosque, que despiden bondad, le conceden consuelo.

La Gran Diosa madre, con un libro en sus manos, repite un poema, que las hadas aprenden.

Sus memorias pequeñas, sus alas agitan, en el aire suspenden, este cuento cantado, que sus voces agudas, elevan al cielo.

Donde ya no había nada, un grandioso recuerdo, que la Diosa Locura enterró para siempre.

Y en lo hondo del bosque, el silencio reinaba.

Acabada la noche, un gran sueño dormido, junto a un árbol mágico, que la sombra le daba.

Un gran monstruo, allí abajo, lo devoraba.

Y las hadas del bosque, y su tristeza allí estaban.

Donde no hay camino, yacía la nada.

Un charco, reflejo del sol, en el agua.

Sugiere el camino, cuya llave se aprende, y atraviesan las hadas, y los seres del bosque, que junto a ellas habitaban.

El tesoro escondido, lo regala la reina, la corona partida, y el anillo tallado, su recuerdo olvidado, en lo hondo del bosque, donde ya no había nada, ahora habita el azar.

Le concede un deseo, un bonito recuerdo, y los faunos le engañan.

Donde ya no había nada.

Un bruja enfadada, que conjuraba, un hechizo lanzaba.

Mientras, una doncella en palacio, una fiesta celebraba, con la reina triste, en su trono sentada.

Y en el bosque encantado, los animales huían, porque el fuego les quemaba.

El Gran Viento del Norte, con todas sus fuerzas soplaba.

Y los árboles, sus ramas agitaban.

De una tormenta, el agua resbalaba, y el fuego se apagaba.

El Ave Fénix, de las cenizas que quedaron, resucitaba.

Y donde no había nada, la Diosa Pomona esperaba.

Primero a un joven, y luego a una anciana, que allí le contaba esta historia, de la que se enamoraba.

Y donde no quedaba ya nada, el príncipe, la rana que saltaba, un abrazo le daba.

Su mirada triste, estaba ya consolada.

Y una ligera sonrisa, revivía de la nada.

Y al fin, los seres mágicos del bosque, la reina, las ninfas, los duendes, los animales, y todas las hadas, alegres se quedaban.

Donde ya no había nada.

Autor: Benjamín Santos Sáez. España, 26 de Mayo de 2018.

«Su mirada triste, estaba ya consolada. Y una ligera sonrisa revivía de la nada». ( Benjamín Santos, 2018)