Lugares mágicos. Fotografías contemplando la magia del encuentro con el pasado.

Lugares con encanto…»poéticos», fotografías que contemplan espíritus y energías que persisten en los objetos, en los lugares de un pasado con historia; viajados y vividos por personas ilustres. Legados de un pasado perdido, encontrado, olvidado y a veces despojado; menospreciado. Historias perdidas y a veces encontradas. Momentos mágicos donde la luna está presente como testigo clamando al cielo, el poeta tocando el color de la esperanza. Y cuando los duendes que aparecen y desaparecen de forma expectante y fugaz como en los cuentos, siguen haciendo de las suyas haciendo de la magia un misterio.

La luna testigo de la magia
Contenedores donde se abandonan objetos con magia
En este parque hay un duende. ¿Lo volveremos a ver?
Antonio Machado admirando la Plaza Mayor de Segovia
Lugar mágico en Segovia
Lugar mágico en Segovia 02
Lugar mágico en Segovia 03. Hay quienes lo pueden ver
El mesonero Cándido contemplando el Azogejo-Acueducto de Segovia
Valladolid Mágico
Palacio Cardenal Espinosa Mágico en la villa real
Palacio Cardenal Espinosa Mágico en la villa real 02
José Zorrilla helado de frío ante la Borrasca Filomena en Segovia
El poeta José Zorrilla soportando el frío ante la Borrasca Filomena en Enero de 2021. (Segovia, España)

Poema «Donde ya no había nada». Autor: Benjamín Santos Sáez. 21 de Marzo, Día Internacional de la poesía 2020

Título: Donde ya no había nada

En lo hondo del bosque, donde no hay camino, se encuentra el destino.

Y la suerte está echada.

Y las hadas recostadas, camufladas en las flores, repiten cantares.

El espíritu del bosque, a quien todos conocen, con honda tristeza, entrega las llaves, de un portal encantado.

Un tesoro escondido, a los pies de la gran montaña.

Un palacio con dos torres, una fuente embrujada.

Una ninfa llorando, derramando sus lágrimas.

Un manantial que retoña, donde ya no había nada.

Unos duendes suspiran, admirando las ruinas.

Una voz que escuchaban, susurrando la reina, su corona partida, un anillo tallado, una fecha pasada.

Recordando en silencio, un amor del recuerdo.

Una rana encantada, saltando hacia el agua.

Y en el fondo, unas algas, sus reflejos miraba, la diosa Pomona estusiasmada.

Unas nubes moradas, ocultaban la luna, que su cara mostraba.

Y en el fondo del mar, que una vez hubo, un pequeño barco, su madera podrida, y una vela engarzada.

Unos peces azules, que nadan en el agua.

Un gran puente romano, y su piedra desgastada.

Un pozo sin fondo, y un sol añadido, que resurge de abajo.

Y la luna admirada, le concede un deseo.

Donde ya no había nada, resurge el recuerdo.

De un amor caminado, que un destino pasado, olvidado destierro, enterrado en la arena.

Y las hadas del bosque, que despiden bondad, le conceden consuelo.

La Gran Diosa madre, con un libro en sus manos, repite un poema, que las hadas aprenden.

Sus memorias pequeñas, sus alas agitan, en el aire suspenden, este cuento cantado, que sus voces agudas, elevan al cielo.

Donde ya no había nada, un grandioso recuerdo, que la Diosa Locura enterró para siempre.

Y en lo hondo del bosque, el silencio reinaba.

Acabada la noche, un gran sueño dormido, junto a un árbol mágico, que la sombra le daba.

Un gran monstruo, allí abajo, lo devoraba.

Y las hadas del bosque, y su tristeza allí estaban.

Donde no hay camino, yacía la nada.

Un charco, reflejo del sol, en el agua.

Sugiere el camino, cuya llave se aprende, y atraviesan las hadas, y los seres del bosque, que junto a ellas habitaban.

El tesoro escondido, lo regala la reina, la corona partida, y el anillo tallado, su recuerdo olvidado, en lo hondo del bosque, donde ya no había nada, ahora habita el azar.

Le concede un deseo, un bonito recuerdo, y los faunos le engañan.

Donde ya no había nada.

Un bruja enfadada, que conjuraba, un hechizo lanzaba.

Mientras, una doncella en palacio, una fiesta celebraba, con la reina triste, en su trono sentada.

Y en el bosque encantado, los animales huían, porque el fuego les quemaba.

El Gran Viento del Norte, con todas sus fuerzas soplaba.

Y los árboles, sus ramas agitaban.

De una tormenta, el agua resbalaba, y el fuego se apagaba.

El Ave Fénix, de las cenizas que quedaron, resucitaba.

Y donde no había nada, la Diosa Pomona esperaba.

Primero a un joven, y luego a una anciana, que allí le contaba esta historia, de la que se enamoraba.

Y donde no quedaba ya nada, el príncipe, la rana que saltaba, un abrazo le daba.

Su mirada triste, estaba ya consolada.

Y una ligera sonrisa, revivía de la nada.

Y al fin, los seres mágicos del bosque, la reina, las ninfas, los duendes, los animales, y todas las hadas, alegres se quedaban.

Donde ya no había nada.

Autor: Benjamín Santos Sáez. España, 26 de Mayo de 2018.

«Su mirada triste, estaba ya consolada. Y una ligera sonrisa revivía de la nada». ( Benjamín Santos, 2018)

Poema «El sombrero de otro tiempo» de Benjamín Santos Sáez

Título: El sombrero de otro tiempo.

Acabada la tarde, un sombrero lejano, de otro tiempo venía.

Una estación desolada, las maletas de invisibles viajantes, guardaba.

Y el gran mago del cuento, en esta ocasión, sin billetes viajaba.

Un espejo en la puerta, donde el mago veía, sus zapatos oscuros, que lo adelantaban.

Un reloj, que apuntaba, una hora, al revés.

Y al coger otro tren, entre vapores, y ruidos, allí lo olvidaba.

Un conejo, ratones, y una paloma, que volando, lo sostenían.

Y un mensaje en su pico, que muchas veces, entregaba, en secreto, llamando, con ventana cerrada.

Junto al sombrero, oscuro, que sólo viajaba.

Las maletas, viajeros, de otro tiempo, reclamaban.

Y en un espejo del cielo, el sombrero olvidado, se reflejaba.

La paloma, muy alto volando, se lo llevaba.

Mientras, el conejo, y los ratones, cayendo, en la yerba crecida, saltaban, y sus alas, el peso no soportaban.

Y el gran mago encantado, que recordó regresaba.

Pero el sombrero allí, ya no estaba.

La paloma agotada, el sombrero ayudaba, y muy pronto los dos, se aproximaban.

Y el sombrero, que solo viajaba, una paloma llevaba.

Poema extraído del poemario «Poemas escritos por mí» del autor Benjamín Santos Sáez. Año 2018-2019.

Nota acerca de la obra de Benjamín Santos Sáez y la exposición Pequeño Uni/Verso (2018). Fotografía de hadas y seres mágicos.

La exposición Pequeño Uni / Verso muestra una parte de la obra del autor Benjamín Santos Sáez en su investigación en la naturaleza desde hace años. La fotografía de las hadas y de los seres mágicos, así como de la belleza es su centro de investigación desde hace años.

Se pide respeto y la citación del autor en líneas de investigación surgidas a raíz del trabajo de Benjamín Santos Sáez, pues parte de sus fotografías e investigación lleva publicada en el Blog de Celemín desde Marzo de 2015 y han sido muchísimas las visitas de todos los continentes y países del planeta.

También en Marzo de 2015 se hizo una publicación en la Revista Electrónica Tam Tam Press (Tráfico de Cultura) en España, sobre la investigación llevada a cabo sobre Pequeño Uni /Verso. (La revista virtual Tam Tam Press es una revista de éxito cultural en España y ha sido premiada por su labor del fomento y difusión de la cultura y de los artistas)

Enlace al artículo de Camino Sayago en Tam Tam Press:

Un único poema, un único verso: Pequeño Uni /Verso

La obra del autor está registrada en el Ministerio de Cultura del Gobierno de España. Cabe citar la investigación: «En Busca de la felicidad, causalidad y casualidad en lo encontrado en el cine» como estudio paralelo y relacionado a las fotografías de hadas y seres mágicos, desarrollada en la Cátedra de Cine de la Universidad de Valladolid, (España), estudios que el autor cursó desde el año 2009. La investigación está aún sin publicar.

«Las flores y la naturaleza más cercana nos inspiran cada día para seguir sonriendo y viviendo. Para sentirnos vivos» (Benji Santos, 2015)